Hace dos noches que sueña desesperadamente. Se levanta, entonces, obnubilado y triste.
El día del primer sueño nevó. Se dio cuenta de inmediato, por el silencio espeso que reinaba en el buque; el silencio de las máquinas y de las calderas y el terrible ulular del viento. Las cosas adquieren una indefinible impresión de soledad y abandono, cuando nieva. Ni siquiera los relámpagos iban acompañados de sus truenos.
La tripulación celebraba el fenómeno encerrada en la cantina. Como son unos seres extravagantes y cultos, recitaban en voz alta a los poetas de su patria. Cuando leían algún poema triste todos callaban y el viento ululaba con más fuerza. Escondido detrás de una puerta adyacente, él los escuchaba en silencio. Le pareció que esos poemas tenían una música interior bonita. De pronto, alguien le dio un par de golpecitos por la espalda, y él, horrorizado, se vio descubierto por una chica. En verdad era hermosa, y de mirada inteligente. Se lo llevó a cubierta a pasear entre el temporal y la nieve, y charlaron. Él se enamoró íntimamente de su extraña manera de ser, porque aunque nieve, la primavera está al llegar y entonces él se siente sólo.
Luego esa muchacha, que nunca mencionó su nombre, se lanzó por la borda y desapareció entre el oleaje y la mala mar. No es la primera vez que esto le ocurre. Mujeres que, de existir, existen para otro en el fondo de cualquier otro mar.
Desde entonces sueña desesperadamente y vive en la más estricta de las soledades.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada